lunes, 31 de marzo de 2008

Fui a hacer un tramite al banco

Un Artículo interesante

Lo encontré por ahí y me pareció que valía la pena.

"Si fuera cierto que pisar los excrementos de un perro es garantía de buena suerte los caraqueños serían riquísimos. Al menos, bastante más felices. Basta realizar un recorrido por cualquiera de las calles o avenidas de la ciudad capital para darse cuenta de la cantidad de animales que hacen sus necesidades en plena vía pública,
con el consentimiento de sus dueños.
No obstante, en los últimos años ha aumentado el número de amos conscientes, que recogen las heces que dejan sus animales en la vía pública y que no sienten pena alguna a la hora de cumplir con los requerimientos de la ley.
Pero aún quedan muchos dueños que prefieren ignorar la ordenanza municipal y dejan en manos de terceros, generalmente conserjes, la responsabilidad de recolectar lo que dejan sus mascotas en las aceras.
A estos dueños -evidentemente poco interesados en mejorar la convivencia con sus vecinos- se suman los que creen que las heces caninas son un buen abono para la grama de los parques en las que se dejan. Es un gran error. El excremento de perros es un abono rico, pero en parásitos y bacterias, que afectan por igual a humanos y animales.
Un tercer grupo celebra que sus mascotas no defequen en la acera pública, sino en plena vía y argumentan `que de esa manera, los carros que pasan se lo llevan todo´.
Como los anteriores, están equivocados. Los parásitos se mantienen en el sitio, e incluso, ruedan con los cauchos de los vehículos y viajan en los zapatos de los peatones.
Aunque las heces no se vean, se mantienen en el ambiente y de esta manera llegan a casas en las que nunca hubo animales y a los hogares de miles de mascotas -incluso a aquellos en los que los dueños son responsables y recolectan las heces de las suyas- que al lamerse las patas se infectan y se convierten en un riesgo para los humanos que conviven con ellas.

Problema sanitario
En las heces caninas siempre hay presencia de parásitos y bacterias. Evidentemente, la cantidad dependerá de los cuidados que recibe cada animal y de la frecuencia con la cual se le desparasita.
Basta tocar los zapatos que han pisado excremento para correr riesgos de que estos organismos se conviertan en un verdadero riesgo de salud, generando infecciones y otros problemas.
Amalia López, veterinaria de la clínica La Guairita, advierte que los quistes parasitarios que se encuentran en las heces caninas requieren de varios días y de ciertas condiciones ambientales para cumplir con su ciclo de vida y poder infectar a quienes entren en contacto con ellos.
`De allí la importancia de recolectar el excremento de los perros en el momento en que el animal defeca. De esta manera se evitan riesgos de contagio´.
López añade que estos parásitos son muy comunes en los parques, en vista de la gran cantidad de animales que acompañan a estos sitios públicos a sus dueños y aprovechan para hacer sus necesidades en la grama. `Los niños suelen ser las víctimas más fáciles de contaminar, pero también los adultos, que portan en sus zapatos a los parásitos, sin tener la menor idea de esto´.
López insiste en la necesidad de que las alcaldías se decidan de una vez por todas a destinar un espacio en los parques públicos para que las mascotas de los usuarios hagan allí sus necesidades.
`Lo ideal es que se coloque aserrín, pero si resulta costoso, basta con que el recinto sea de tierra, lo que facilita la recolección de excrementos.
Y lo ideal es que en estos espacios se coloquen contenedores para depositar allí lo que se recolecta. Eso se hace en las grandes ciudades del mundo, como Madrid o Buenos Aires, con excelentes resultados´.
Este tipo de recintos permite además mantener la distancia entre los dueños de perros que acuden a los parques públicos y los usuarios que sienten temor por estos animales. Y facilita también la necesaria socialización que deben tener los perros, quienes siempre encontrarán con quién compartir el rato libre cada vez que salen de paseo."

Salí a tomar un café

En medio de la vereda me encontré con este piquete. En la foto no se
nota, pero tenia un tamaño descomunal.